En 1951, la ONU aprobó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, que sirve desde entonces para proteger a personas que por temor de ser perseguidas por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, hayan huido de su país y no puedan o quieran regresar. Esta Convención se basa en el principio de no devolución (non-refoulement), que afirma que una persona refugiada no debe ser devuelta a un país donde se enfrenta a graves amenazas a su vida o su libertad.
En España, el solicitante de asilo recibe una autorización de residencia temporal mientras se resuelve su petición, que permite trabajar tras 6 meses de estancia en el país. Es muy importante que la solicitud esté bien explicada y se apoye en escritos, pruebas y entrevistas, por lo que el trabajo de un abogado es fundamental para recibir la protección que se necesita.
Gracias a mi experiencia en la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior, puedo ayudarte a que España sea el país donde te sientas a salvo.