Ayer salí de casa por primera vez desde la gran nevada que ha colapsado Madrid para acompañar a un cliente a la toma de huellas para su nueva tarjeta post Brexit. Cuando llegamos a la Comisaría no nos atendieron por culpa del temporal, aunque no nos habían avisado, ni habían cogido el teléfono pese a las llamadas que realicé durante toda la mañana (¡y soy muy, muy, insistente!).
Por suerte, un policía nos dio una nueva cita para dentro de unos días, en vez de tener que volver a pedirla online y obtenerla para febrero o marzo. Lo que quiero decir con esto son dos cosas: la primera es que es mejor tomarse la vida de forma positiva (mi cliente podrá tener la tarjeta pronto y seguir viajando entre Reino Unido y España con normalidad; si no hubiéramos ido a la cita, tardaría mucho más), y la segunda es que a veces nuestras relaciones con las Administraciones Públicas pueden ser desesperantes.
Como ya os he contado en mi biografía, trabajé durante varios años en la Oficina de Asilo del Ministerio del Interior, y gracias a ello puedo entender lo complicadas que son algunas tareas para organismos tan grandes. Al final, lo importante son las personas que están detrás de esas ventanillas, de esas citas, y que como el policía de ayer, se esfuerzan por darnos soluciones.
Si tenéis dudas sobre temas relacionados con el asilo, la extranjería y la movilidad internacional, y deseáis que os ayude en las (a veces complicadas ) relaciones con las Administraciones Públicas, os recuerdo que mi despacho está en la calle Luis Vives 10 y mi correo es hola@cristinalagoma.com.